domingo, agosto 08, 2010

"LA TEORIA ALELANTE DE LA ESPECIE HUMANA" (de la serie: divulgación científica)


Era yo un universitario resultón, alto y rubio, cuando me tocó estudiar algo de historia sobre las teorías evolucionistas, básicamente sobre el origen de las especies de Darwin, a la sombra de cuya poblada barba florecieron no pocos enfoques evolutivos más o menos ciéntificos y algunos aparentemente disparatados. De entre estos últimos, encontré un día una curiosa teoría que venía a defender, que la evolución de las especie humana no es lineal (es decir, ascendente y progresiva en virtud de la selección natural)....


*Actualmente parece científicamente demostrado que la evolución del hombre no es lineal, sino ramificada y compleja, y esto lo único que puede explicar la coexistencia en la misma década de Eduard Punset y Belén Esteban.

** Si bien, otras teorías pseudocientíficas, sostienen que Belén Esteban solo puede proceder de un agujero negro interdimensional

*** No obstante, el acervo popular, afirma que en cualquier caso, todos venimos de un agujero negro, más o menos grande.

....decía que encontré una curiosa teoría que venía defender que la evolución de la especie humana no es lineal, sino que adopta forma de campana o pirámide, es decir, el hombre evolucionaría progresivamente hasta alcanzar cierta cota máxima, a partir de la cual se invertiría el proceso, esto es, la regresión a nuestras formas más primitivas. Me hizo gracia la idea, después la olvidé, como es preceptivo con la mayoría de los conocimientos universitarios, salvo un par de axiomas que pueden resultar útiles del tipo "no todo lo verde se fuma, vuelve a colgar las cortinas".

Lo olvidé hasta este verano, en el que he tenido una revelación en forma de programa televisivo: "Mujeres hombres y viceversa". La idea consiste en seleccionar a un grupo representativo de vigoréxicos alicatados hasta el techo y otra de aprendices de interviu siliconadas y juntarlos en una misma habitación, básicamente para demostrar el fracaso de la logse, y luego removerlos, intentando así que se amanceben entre ellos (no se si con el objetivo de crear una raza inferior de humanos, que llenen las salas de cine español). Yo acudo puntualmente a mi cita diaria con el programa, sin otra obsesión que la de observar detenidamente sus cabezas, estoy convencido, de que a medida que articulan más tonterias, sus craneos adoptan formas antropomórficas cada vez más cercanas al Australophitecus. Creo que en el siguiente salto involutivo, empezara a crecerles bello resistente a las cremas depilatorias y a la cera tibia, este es un concepto que ellos no podrán soportar, se encerrarán a vivir en cuevas alimentandose de batidos energeticos y barritas de muesli. De esta fase a convertirse en amebas va solo un pasito, amebas con unos abdominales acojonantes.

Ya estoy convencido, la teoria piramidal era cierta, la raza humana alcanzará su punto máximo de perfección en la descendencia entre Iker casillas y Sara carbonero, la personificación del sumun humano, un cancerbero de ojos verdes, labios carnosos y pechos descomunales, hastiado de dinero, que ejecutando paradas imposibles, lleve a España a conquistar su segundo mundial, y acabe autoentrevistandose al terminar el partido. Mientras esto llega, ya ha comenzado el proceso inverso, hace años que hemos empezado a involucionar. Y todo esto es lo que yo he dado en llamar la "Teoría alelante de la especie humana". Reconozcámoslo, somos más tontos que nuestros antecesores, los signos son más que evidentes. Allí afuera hay todo un ejercito de personas con esas pulseras tan caras como estéticamente sospechosas, porque piensan que al contacto con su piel, les confiere una especie de poderes sobrenaturales que los convierte en una suerte de superequilibristas al más puro estilo Pinito del oro.

Siguiendo la lógica de la teoría alelante, nuestros descendientes son aún más tontos que nosotros, solo eso explica que una tal Hannah Montana (una Marisol versión tanga 2.0, sabor ranchero) tenga secuestrada la voluntad de mis sobrinos. Por cierto, la vi cantando en el Rock in Rios, con una vestimenta entre breve y ajustada, haciendo una serie de contorsiones pélvicas que a mi me habrían costado dos semanas en traumatología. Me pareció ver a alguno de los padres que habían ido a acompañar a sus tiernas adolescentes, subidos a los hombros de sus hijas, rasgándose las camisetas.

Confirmada la teoría alelante, cabe preguntarse: ¿esto es preocupante?, en principio no. Ser tonto, tonto en singular, ser tonto en su forma más simple no tiene por que ser malo. Es más, la observación y los años me han enseñado, que un nivel adecuado de ignorancia, bien gestionado, es un ingrediente fundamental para alcanzar una felicidad duradera....

* "La inteligencia os hará libres...." (Howard Garner) "....y la ignorancia felices" (Patapalo) y ahora cada cual que elija en conciencia. Si no entiendes bien este último párrafo no te preocupes, vete a comprar una pulsera.

...el único problema de ser tonto es que tiene combinaciones peligrosas, del tipo "ser tonto pero no estar seguro de ello", "ser tonto y tener iniciativa" o "ser tonto y presidente del gobierno de la nación".

En todo caso, la involución no es dolorosa, así que solo nos queda relajarnos y dejarnos llevar. ¿Cómo acabará todo esto?, yo vaticino que nos saldrá más pelo en la espalda, desarrollaremos una cola prensil (no se animen las féminas que no es lo que parece), nos encorvaremos y volveremos a subirnos al arbol del que yo creo, nunca debimos bajarnos.


martes, enero 12, 2010

"DE LA INFANCIA Y OTRAS ENFERMEDADES QUE SE CURAN CON UNOS DIAS DE REPOSO"

Más de una persona malintencionada, no dudará en acusarme al finalizar la siguiente lectura, de escribirla desde el rencor, pues bien, que me parta un rayo si no le asiste toda la razon, añado que lo único capaz de inspirar más que el rencor es un cheque al portador.

Como fiel adepto a la madurez tardía, no aprendí a decir que no antes de los once años de edad, para entonces rasgaba un violín en el conservatorio, reinventaba las sevillanas en una academia de baile y era un modesto miembro de los Boy Scout. Y ahora si, sin margen de error, ya podemos afirmar que aprendí a decir que no demasiado tarde. Queda claro, que por entonces aún no existía la figura del defensor del menor, y por alguna clase de argucia mis padres no pasaron a disposición judicial, tampoco tengo muy claro que clase de hecho milagroso mantuvo intacta mi heterosexualidad, de lo único que estoy seguro, es que de estos tres dislates, el que tuvo repercusiones más graves en mi desarrollo normal, es el último de todos, pues es vox populi, que siempre han sido cinco los enemigos históricos de los niños: Herodes, Bibiana Aido, el Teletubbie amarillo con sus acólitos (he desarrolado una teoría que demuestra que el amarillo concretamente, es el ideólogo), la Supernany versión preñada y Sir Lord Robert Cecil Stephepson Smith Baden-Powell I baron de Gilwell... esta no es la alineación del Manchester City, sino que todos estos son una misma persona y además muy delgadita, poquita cosa el hombre, pero un domingo de lluvia se le fue la TDT y le dio por inventar los Boy Scouts.

Durante casi todo el año, nuestra actividad normal como Boy Scouts, se reducía a reunirnos los Sábados por la mañana, en un local de mi ciudad natal, para hacer nuestras cositas de scouts, jueguecitos, cancioncillas, alguna charletada moralista y en resumen tontunas y zarandajas inofensivas propias de la edad sin mayor trascendencia. Pero llegaba irremediablemente el verano, y con él aquellos campamentos aislados en mitad del campo, (esa extraña dimensión donde los pollos pasean crudos) y es al contacto con la naturaleza, desprovistos ya de todo vestigio urbanita, donde el scout se muestra en todo su explendor, donde descubrimos la verdadera cara del escultista para así exclamar: pero coño, qué panda botarates.

Gran parte de la filosofía escultista, esta basada en el "Libro de la Selva", la biblia del Scout y gran obra literaria de Rudyard Kipling, (que era íntimo amigo de Sir Lord Robert Cec... vamos que era de la pandilla aquella..) libro que populizaría disney con una adaptación un poco libre, que se convirtió en la que es para mi la mejor película de la factoria. No obstante, el pensamiento Scout actual, obvia un dato que yo creo reviste no poca importancia y es que kipling publica su obra en 1894 y no hay revisión moderna del libro de la selva, en la que Mogly no fabrique balones para Nike. Lo que quiero decir, es que efectivamente, acampar quince días en medio de la nada vegetal, te acerca indudablemente a la madre naturaleza, pero te aleja peligrosamente de la regularidad intestinal, y de unos mínimos higiénicos y alimenticios saludables. Y que en pleno siglo XXI, que hemos inventado los retretes portátiles, el wifi, el gymfor8 y las perdizes escabechadas en conserva, no procede ponerse un taparrabos y subirse a un cocotero. Digámoslo ya, sin mas ambages, el Scout es una subespecie involucionada.

Sería injusto por mi parte, negar el caracter formativo de los campamentos Scouts, donde he adquirido no pocos aprendizajes fundamentales para la supervivencia y para la formación del caracter. Concretamente teniamos talleres de cestitas de mimbre, de papiroflexia y de nudos marineros. Pero el taller estrella era el de orientación, y es que una de las obsesiones Scouts mas recurrentes es el Norte. (concretamente encontrarlo, lo cual confirma que lo han perdido). Lo primero que se enseña a un Scout, es que en caso de extraviarse en el bosque, lo primordial es localizar inmediatamente el Norte, así nos enseñaron a descubrirlo en el cielo estrellado, en la sombra del alibustre, entre los líquenes de los arboles, en el brinco de la rana de arroyuelo. Claro, tanto insistieron, que mi pueril entendimiento acabó por idealizar el Norte, (que pasó a ser un punto cardinal en mi vida), y asi lo imaginé como una suerte de paraiso perdido, un lugar extraordinario al que solo podian llegar los elegidos que tuvieran la fortuna de perderse en el bosque y la capacidad de encontrarlo entre los líquenes de los abetos. Y esta era la única justificación que encontré, para que esos hombrecillos de cuarenta años, se enfudasen unos pantalones cortos de colegial y se atasen una absurda pañoleta al cuello, para asentarse en medio del campo con un grupo de cincuenta niños, que por la noche no acababan de consolidar su control de esfínteres y por la mañana lloraban plañideramente la ausencia de sus madres. Anhelaban el Norte, el Edén prometido, ninfas bailarinas, nectar de dioses, retretes de obra... la Arcadia pastoril. Pronto descubríria, que lo que hay al norte de Guadalajara es Soria (que es muy pastoril pero poco Arcadia)

Si algún dia me pierdiese en medio de un bosque, o en general, de cualquier sitio sin asfaltar, moriré con toda seguridad a las seis horas, pero que me lleve el demonio si no exhalo mi último aliento mirando a Soria, y si un reguero de pajaritas de papel y cestitas de mimbre no anuncian la tumba de un ex Boy Scout.

Eran las tres de la mañana, cuando me depertó el júbilo de cuatro o cinco chiquillos revolotenado nerviosos alrededor de mi saco, no es facil conciliar el sueño, cuando lo único que te separa de un suelo de piedras y larvas es una esterilla de dos centimetros de ancho, y tienes las incomodidades propias de alguien que lleva diez dias soñando con un inodoro. Aún dudaba si me hallaba entre la vigilia o el sueño, cuando un pisotón en el bazo del crio mas gordo de mi tienda de campaña me confirmó lo primero, cuando por fin decidí incorporarme, encontré el rostro de uno de los monitores Scouts, lucia su sonrisa más estupida mientras me informaba con tono entusiasta: "arriba lobato, vamos agarra esa linterna y empieza a cantar, que hoy es el taller de orientación nocturna". Y ese día aprendí a decir no



P.D. : También aprendí a decir: "... y espero que tu navaja suiza tenga brújula, porque donde te la voy a extraviar no se divisa bien el fulgor de la estrella polar" pero esta frase la he usado mucho menos, porque rara vez se da el contexto apropiado.